viernes, 27 de noviembre de 2015

SAN IVO DE BRETAÑA

Patrono de los abogados
            Presbítero y confesor, en la Bretaña menor, el cual por amor de Jesucristo defendía las causas de los pupilos, de las viudas y de los pobres, demostrando que los roles, de abogado, juez y conciliador no son incompatibles.
            Busca la paz y anda tras ella (Salmo 34,15). Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mateo 5.9).
            Estudió en la universidad de Paris, conocida posteriormente como La Sorbona. Allí el joven estudió con maestros tan notables como los dominicos San Alberto Magno y Santo Tomas de Aquino y con compañeros de aula como Dante Aligheri, autor de La Divina Comedia. Allí conoció al franciscano San Buenaventura, quien probablemente influyó en la orientación de su vida. San Ivo obtuvo grados en filosofía, teología y derecho canónico.
            Un rico demando a un pobre para que lo indemnizara por haber respirado diariamente las deliciosas emanaciones de la cocina señorial; Ivo, el buen juez, admitió la demanda del rico y fallo en su favor, condenando al pobre a desprenderse de una moneda de oro; la hizo sonar sobre la mesa y, cuando el rico iba a tomarla, decreto que el sonido de la moneda indemnizaba cumplidamente al señor por el aroma del estofado percibido por el pobre.
             El abogado es libre de ejercer su profesión con arreglo al Código de ética o sin tenerlo en cuenta. San Ivo, optó por ejercerla al servicio de los más necesitados, antes que por el afán de lucro. Siendo Juez, optó por ser incorruptible, y advirtiendo que el conflicto trasciende el marco de las pretensiones procesales, usó la conciliación como un medio para ayudar a las partes a resolver sus conflictos, poniendo al proceso en su verdadero lugar, como último remedio.

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