martes, 17 de abril de 2018

EL ANTEJUICIO DE MÉRITO Y LA ASAMBLEA NACIONAL


Estimados amigos en estos días hemos oído todo tipo de opiniones acerca del antejuicio de mérito contra el presidente de la República y la posibilidad de desalojarlo a él y su régimen por la vía de un enjuiciamiento ante el tribunal Supremo de Justicia en el Exilio.

Según estos opinadores o analistas (entre comillas), la caída del régimen es inminente, tanto que si se logra que la Asamblea Nacional, de mayoría opositora,  decida favorablemente que continúe el proceso porque considera que hay méritos suficientes para enjuiciar al presidente por actos de corrupción, de inmediato quedará suspendido de sus funciones, se ejecutará la sentencia de Bogotá en cuanto a la medida cautelar de prisión preventiva y se ordenará su captura internacional si no se pone a derecho, es decir, si no se entrega voluntariamente para cumplir con lo condenado en esa sentencia, como por ejemplo lo hizo LULA en Brasil.

Entonces los opinadores especulan que tal vez los diputados opositores no tengan suficiente guáramo, que seguramente se les caerán las caretas de traidores, que cómo es posible que no hayan decidido ya y que no hayan acabado con este régimen de una vez por todas teniendo esta oportunidad de oro. Otros opinan que sí que “Le llegó su hora” a Maduro.

Los de más allá opinan que será muy difícil porque se necesita la mayoría calificada de dos tercios o 112 diputados que voten a favor de continuar el proceso y que lo lleven a juicio; algunos más que tenemos esa mayoría porque tenemos los 112 diputados opositores, sin acordarse que desde los primeros días de la Asamblea Nacional están suspendidos ilegalmente 4 de diputados de Amazonas, con lo que los opositores quedaron en 109 diputados.

Toda esta discusión es intrascendente, no va para ningún lado, ya les explicaré por qué.

Por otro lado, la mayoría de esos opinadores son unos de “medio pelo” que lo que quieren es figurar y captar seguidores ingenuos o desprevenidos que incrementen su menguado auditorio. Lo más preocupante es que entre esos opinadores se cuentan analistas muy reputados y hasta ex magistradas de mucha influencia en la opinión pública como Cecilia Sosa Gómez y Blanca Mármol de León. A una y a otra les he oído decir con mucho entusiasmo que si la asamblea Nacional tiene el suficiente coraje y vota a favor de enjuiciar al presidente “el mandao está hecho”. Eso no es verdad.

Entre estos opinadores habrá algunos de buena fe que lo hacen guiados por el fuerte deseo de que se acabe esta pesadilla; por eso mismo “Los arboles no les dejan ver el bosque” y en su ceguera “llevan agua al molino” del régimen. Otros, son los tarifados del gobierno que tiene por oficio remunerado hacer propaganda a favor del régimen “ for a few dolars more”, por unos pocos dólares más, como el título de la famosa película; pero todos ayudan al régimen a prolongar su agonía, que puede alargarse “ad infinitum” si no aparece un  “Salvador  con su arpa” y aplica el correctivo necesario.

Sin querer pasar por “aguafiestas”, les tengo una mala noticia a los esperanzados en esa decisión de la Asamblea Nacional:

No podrá haber juicio válido alguno contra Maduro, tutelado por ese supuesto Tribunal Supremo de Justicia en el Exilio, ni suspensión del cargo, ni prisión preventiva porque ese supuesto tribunal no es tal y sus decisiones no tienen validez. Esto ya lo explicamos en anterior comunicación: la Asamblea Nacional en 2017 NO extinguió el TSJ “Chavista” ni constituyó un nuevo TSJ, sólo nombró 13 magistrados principales y 20 suplentes. Estos nuevos magistrados no pueden, aunque quieran, conformar la Sala Plena del TSJ de 32 magistrados;  porque los suplentes no tienen a quien suplir y los principales no llegan a los 17 que necesita el quórum reglamentario para deliberar y decidir válidamente.

Lo más preocupante es que todo esto puede ser una farsa orquestada por los malvados cubanos y sus compinches en el gobierno (Entre ellos la flamante Fiscal), para hacer crecer la esperanza en la población ansiosa de que se acabe la dictadura y luego que no se produzca la salida del régimen, caigamos en la desesperanza, la depresión y que la decepción nos quite de una vez por todas las ganas de seguir oponiéndonos a esta desgracia nacional.

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