¡AUN TENEMOS PATRIA,
CIUDADANOS!
Chile, 4 de febrero de
2021
Por
José Piñera
“José Piñera considera que Chile todavía tiene fortalezas internas
que le permitirían retomar la senda del desarrollo.”
“Tras el desastre de
Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818, el pesimismo se apoderó de los patriotas
en Santiago al punto que muchos de ellos se prepararon para abandonar el país.
El 23 de marzo, el oficial Manuel Rodríguez convocó
a un cabildo donde arengó a los ciudadanos a permanecer en el país y defender
la libertad de la naciente república. Pese a la catastrófica derrota, Rodríguez
no se amilanó y arengó así al cabildo: “¡Aún tenemos Patria, ciudadanos!”. Dos
semanas después, el 5 de abril, el ejército chileno derrotó definitivamente al
ejército español en la batalla de Maipú, consolidando la independencia
de Chile.
Hoy, como ayer, cunde en Chile el pesimismo y
la desesperanza. El gráfico de nuestra Portada anterior, que muestra la caída
dramática del PIB tendencial de 7,5% en 1993 a 1,2% en 2020, resume las
nefastas consecuencias de la mala política de las últimas tres décadas. Este
mal gobierno y esta mala oposición han profundizado aún más las tendencias
negativas al tolerar la violencia, abrir un
innecesario proceso constituyente e iniciar el uso
de resquicios constitucionales. La nueva fragilidad del Estado
de Derecho y la recesión económica, con
su tremendo impacto sobre el empleo y las expectativas, son ahora la catástrofe
que angustia y deprime a los chilenos.
Pero es errado creer que
Chile “se ha suicidado”. Aunque muy dañado por el estallido delictual, la mala
política y la pandemia, Chile posee
fortalezas que lo colocan muy lejos de llegar a ser un Estado fallido. Más aún.
Con un golpe radical de timón político, estas fortalezas le permitirían acceder
de nuevo a la ruta del desarrollo.
La fortaleza más
importante es que los pilares del modelo económico están intactos. No se ha
estatizado ninguna empresa. No se han expropiado los $200.000 millones de
dólares que tienen los chilenos en sus Fondos de Pensiones. No
se ha alterado ningún pilar del sistema de capitalización individual.
Sigue vigente la crucial negociación colectiva por empresa. Y tampoco se ha
iniciado un cierre de la economía abierta. Por
esta razón, las empresas privadas, motores de la economía, siguen funcionando y
no hay desabastecimientos ni rupturas logísticas de ningún tipo. El estallido
de violencia del 2019, la incertidumbre creada por el proceso constituyente y
el fuerte deterioro de las cuentas fiscales (déficit y deuda), constituyen eso
sí heridas abiertas que, agravadas por la mala calidad de las políticas
públicas, son un pesado lastre para la rápida recuperación de
la actividad y de los empleos.
Otra fortaleza
institucional consiste en que los partidos de derecha y centroderecha tienen
los votos en el Congreso (3/5 o 2/3) para rechazar cualquier reforma
constitucional que atente contra las bases de una sociedad
libre. En el caso del primer retiro de los Fondos de Pensiones,
los congresistas de este sector no actuaron unidos porque, más allá de ser una
mala política pública, las normas sobre retiros no constituyen un asunto de
principios. Sin embargo, en un tema que sí era de principios, como la creación
de escaños reservados por encima del número de convencionales aprobados en el
plebiscito, esos congresistas probaron que se pueden rechazar las propuestas
rupturistas.
Una tercera fortaleza es un Tribunal
Constitucional que cumple fielmente con la indispensable
misión que le confiere la Carta Fundamental. Lo acaba de demostrar con el fallo
del 21.12.20 que cerró el resquicio constitucional que pretendía desconocer la
exclusividad del Ejecutivo en proyectos de seguridad social y
de gasto
público.
A estas fortalezas
internas, hay que sumar la potente recuperación de la economía mundial,
especialmente de Estados Unidos y China,
que ha disparado el precio del cobre, con positivos efectos fiscales y
dinamizando a la minería y a sus amplios encadenamientos productivos que
involucran a miles de empresas y empleos. Por otra parte, el renovado impulso
de la electro movilidad liderado por Tesla está
mejorando las perspectivas del litio donde
Chile tiene las mayores reservas y los menores costos del mundo (ver “Elon Musk, aliado de
Chile”).
Es también un hecho
esperanzador que en el mundo sigan ganando las ideas de la libertad que
caracterizan a Chile. Así, por ejemplo, en dos grandes problemas actuales, la
solución es liderada exitosamente por empresas privadas operando
en una economía libre. El triunfo del capitalismo de
producir, en menos de un año, 7 vacunas marca el comienzo del fin de la pandemia (ver “La Vacuna, otro triunfo del
capitalismo”). El avance espectacular que empresas privadas
están alcanzando en tecnologías de electromovilidad y de energía
limpia, es un aporte clave para enfrentar el cambio
climático.
El gran desafío en los
próximos meses es el desarrollo de la Convención Constitucional.
La regla fundamental del quorum de 2/3 para
aprobar los artículos debe utilizarse sin complejos para asegurar solo la
adopción de buenos principios de gobierno.
El éxito de la Convención
estará en directa relación con la cercanía que tenga al espíritu y a los
resultados de la Convención de Filadelfia que
produjo la exitosa Carta Fundamental de EE.UU. (ver “Editorial”) y con la
lejanía que exhiba de la Convención chavista que produjo la nefasta Constitución
Bolivariana de Venezuela.
El actual clima político
de extrema demagogia parece
anticipar que la Convención será una Torre de Babel. Si ella pariera entonces
un mal proyecto de Constitución, habrá que luchar con asertividad y argumentos
para rechazar ese proyecto en el decisivo plebiscito de salida de mediados del
2022.
A principios de la década
de los 70, Chile sufrió años aciagos que lo llevaron al borde de la
destrucción. Entonces, con $4.000 dólares de ingreso por persona, el país era
uno de los más pobres de América Latina.
Hoy es un país con un ingreso por persona de $25.000 dólares (PPP) y líder de
América Latina en todos los indicadores económicos y sociales. Fue el liderazgo
y el coraje moral de patriotas imbuidos con las ideas de la libertad lo que
puso a Chile en el camino al desarrollo.
Como todo indica que los
partidarios del modelo y de la sociedad libre tienen una buena probabilidad de
ganar las elecciones presidenciales de este año, la clave será que los
dirigentes políticos de este sector abandonen la fracasada política de ceder
espacios a la izquierda y decidan, de una vez por todas, gobernar con las ideas
y convicciones que tanto han beneficiado a todos los chilenos.
A los apaciguadores que
temen que ello signifique tener “enemigos” en la izquierda, habrá que
recitarles el poema que inspiró a Margaret Thatcher (ver “Testimonios”) y que
trasunta el carácter que produjo uno de los mejores gobiernos británicos de la
historia (ver “Thatcher y Reagan, líderes de la libertad”):
“Si no tienes enemigos,
bien pobre es tu legado.
No has golpeado a ningún
traidor en la cadera.
No has convertido ningún mal
en bien.
Has sido un cobarde en la
lucha”
Este artículo fue
publicado originalmente en la edición de enero-marzo de 2021 de la revista Economía y Sociedad (Chile),
No. 106.”
Tomado de Instituto Cato.
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