miércoles, 31 de marzo de 2021

DIARIO DE BUCARAMANGA, DIA 5 DE JUNIO DE 1828

 

DIARIO DE BUCARAMANGA, DIA 5 DE JUNIO DE 1828

Maracay, 31 de marzo 2021

Introducción por Abg. Rafael Medina Villalonga


Como en otras oportunidades el Libertador, en conversación con sus edecanes y generales de su Estado Mayor, relata alguna de sus campañas de guerra o dibuja el perfil de sus subalternos.

Hace gala, el Libertador, de un profundo conocimiento de la naturaleza humana y del carácter de cada uno de sus oficiales, tanto en lo militar como en lo civil y moral. Sus conocimientos de filosofía le han permitido conocerse a sí mismo y a los demás.

En esta ocasión, al comparar a los militares venezolanos con los granadinos, se refiere particularmente a dos héroes colombianos de la gesta emancipadora: Atanacio Girardot y Antonio Ricaurte.

“…Ya desde el año de 13 que meditaba la unión de la Nueva granada con Venezuela, mi política tendía en hacerme bien valer y querer a los granadinos, y desde el año 19 seguí el mismo plan para la conservación de la unión que había logrado. Vease mi Decreto de 30 de setiembre del año de 13, dado en valencia, para honrar la memoria del coronel granadino Atanacio Girardot: fue un bravo seguramente; murió como un valiente en el campo del honor, en Bárbula y como había combatido em Palace; pero este es el deber de todo militar, y sin un motivo político tal como el que me movía no hubiera dado el decreto mencionado. Ricaute, otro militar granadino, figura en la historia como un mártir voluntario de la libertad; como un héroe que sacrificó su vida para salvar la de sus compañeros, y sembrar el espanto en medio de sus enemigos; pero su muerte no fue como aparece: no se hizo saltar con un barril de pólvora en la casa de San Mateo, que había defendido con valor: yo soy el autor del cuento, lo hize para entusiasmar mis soldados, para atemorizar a los enemigos y dar la más alta idea de los militares granadinos. Ricaute murió el 25 de marzo del año 14, en la bajada de San Mateo retirándose con los suyos; murió de un balazo y un lanzazo, y lo encontré en dicha bajada tendido boca abajo, ya muerto y las espaldas quemadas por el sol”

Tomado de DIARIO DE BUCARAMANGA, Luis Perú de Lacroix. Fundación editorial El Perro y La Rana. 2ª Edición. Caracas, 2010.

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