domingo, 2 de agosto de 2020

MADARIAGA UN CURA LIBERAL VI



MADARIAGA UN CURA LIBERAL

Caracas 5 de julio 2020

                                                                                              Por Rafael Arraiz Lucca

VI

“Otra vez Jamaica

No contamos con el relato de su traslado a Jamaica, pero dada la orden del Libertador ha debido ser precipitado. En todo caso, el canónigo pasa dos años en la isla buscando dinero para seguir su destino. Escribe cartas solicitando recursos para irse a Washington, no lo logra; luego intenta regresar a Chile, tampoco lo logra. Es obvio que la iniciativa del Congreso de Cariaco lo ha colocado en el andén contrario a Bolívar y éste, por su parte, después del fusilamiento de Piar y las victorias de Pantano de Vargas y Boyacá, ha consolidado su poder omnímodo. No obstante, el chileno se sobrepone a sus intentos fallidos y decide empuñar la espada: se enrola en la llamada Expedición del Magdalena, en marzo de 1819, comandada por Mariano Montilla, quien lo acoge.

Antes, estuvo tramando un nuevo proyecto en asociación con Luis Aury, francés al mando de una flotilla en busca de destino. Un corsario, dirán sus malquerientes; un patriota, sus amigos. En todo caso, es un hecho que participó en muchas aventuras patriotas en la costa caribeña. De regreso del Río de la Plata el Comodoro Aury recala en Jamaica, donde traba amistad con Cortés, y éste se presenta como Ministro Extraordinario de las Repúblicas Confederadas de Buenos Aires y Chile, en 1818. Investido de autoridad, el canónigo exhorta al francés a tomar el archipiélago formado por las islas de Providencia, Santa Catalina y San Andrés y éste lo hace, enarbolando los pabellones de Buenos Aires y Chile, de acuerdo con Cortés. Desde allí se propone tomar Portobello, con el objeto de dominar el istmo de Panamá. De todo ello informa Cortés a O,Higgins, aludiendo que se trata de un viejo proyecto no realizado antes.

Aury navega desde sus posesiones insulares a Jamaica en busca de Cortés y luego zarpan juntos hacia Santa Marta. Allí decide el canónigo sumarse a la expedición de Montilla que viene de Margarita. Las vicisitudes de Aury y sus encontronazos con el Almirante Luis Brión son tantos y tan variados, que merecen un capítulo aparte. Lo mismo ocurre con otro personaje de novela: Sir Gregor Mac Gregor. Todas estas biografías se cruzan en algún momento: Aury, Mac Gregor, Cortés, Brión, Padilla, Codazzi; todos personajes fascinantes y poco estudiados, quizás ensombrecidos por la gloria única de Bolívar. Y será el Libertador, por cierto, quien dé al traste con las aspiraciones de Aury, a instancias de Brión, cuando le ordena irse de Colombia en virtud de que sus servicios corsarios ya no son bien recibidos. No obstante, en audiencia concedida por el Libertador  a Aury en Bogotá, a donde ha subido acompañado por Agustín Codazzi, convienen en que Aury concentre sus acciones en Centroamérica, cosa que hace en lo sucesivo, y zarpa hacia sus dominios de la isla de Providencia y allá muere, en 1821, al caerse de un caballo. Le tocará a Codazzi el trámite ante sus descendientes y el finiquito de la división corsaria del Comodoro Aury. Un personaje digno de mejor destino y recordación que, vaya suerte, se enfrentó a Bolívar en Haití cuando se organizaba la Expedición de los Cayos.

 

En Cartagena, con Montilla.

Los primeros intentos de la expedición que zarpa de Margarita con el objeto de vencer al Virrey Sámano y los suyos en la costa colombiana fracasan por varias razones, pero la principal será el motín de los irlandeses que se niegan a continuar batallando si no les pagan sus salarios. No obstante, Montilla insiste y después de meses de asedio e intentos, sin el apoyo de la legión irlandesa que deserta y se va, logra controlar a Santa Marta y Cartagena.

Bolívar le envía una carta a Montilla desde Cúcuta el 21 de julio de 1820. En ella lo felicita y le dice que solicitará para él el ascenso a general, dados sus logros en la costa. Elogia a Brión, quien lo acompaña en la aventura. Le prescribe los objetivos a cumplir: “la seguridad del magdalena es el primer objeto de Ud.; el segundo, asegurar la ciudad de Santa Marta, y el tercero, bloquear a Cartagena.” Las indicaciones siguen en el párrafo y concluyen con un juicio invariable: “El Canónigo es loco y debe tratarse como tal.” Es evidente que sabía que Montilla lo había incorporado a la Expedición; no se atreve a mandar a detenerlo, como había hecho antes, pero no deja de asestarle una calificación denigratoria. Por supuesto, el canónigo no era loco, pensaba distinto a él. Finalmente, Montilla, Brión, Padilla, Córdova, Hermógenes Maza y José Carreño alcanzaron los objetivos trazados en octubre de 1821, cuando las banderas que ondeaban en los castillos de Cartagena eran las tricolores diseñadas por Miranda.”

                                                                          Tomado de EFECTO COCUYO

 


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