martes, 4 de agosto de 2020

ROSCIO EL MESTIZO QUE NO FUE



                                             ROSCIO EL MESTIZO QUE NO FUE
                                                      Caracas, 5 de julio 2020

                                                                                        Por Rafael Arraiz Lucca

I

“Los datos biográficos acerca de Juan Germán Roscio indican que no se trataba de un hombre perteneciente, en sus orígenes, a los estratos más altos de la pirámide social provincial, pero que dada su solvencia profesional estuvo desde joven sobre el tablero de la realidad política donde las élites, ante el vacío de poder,tomaron las decisiones. Por sus orígenes no le correspondía estar allí, pero estaba. En este sentido es un pionero de una trayectoria emblemática de las sociedades post-coloniales: crecer en la significación de las responsabilidades a punta de hechura personal, colocándose por encima del peso muerto de la herencia.

Juan Germán era hijo de un milanés, Juan Cristóbal Roscio, que primero había vivido en España y luego se había trasladado a  la Provincia de Venezuela, específicamente a San Francisco de Tiznados (hoy estado Guárico),  donde se dedicó a la cría de ganado vacuno. Ostentaba su pertenencia a las milicias de la Corona española; de hecho, antes de venir a “hacer la América” integró el ejército en tierras italianas.

En su nuevo destino, en el llano venezolano, nació su hijo mestizo el 27 de mayo de 1763. Su madre se llamaba Paula María Nieves y era natural del “pueblo de indios” de La Victoria y era, naturalmente, mestiza, al igual que su abuela y sus otros ascendientes.No obstante su condición, los abuelos maternos de Roscio, Juan Pablo Nieves y Francisca Prudencia Martínez, contaban con bienes de fortuna, ya que explotaban una hacienda en las inmediaciones de San Francisco de Tiznados.

¿Qué hacía un milanés en la recóndita Provincia de Venezuela, en uno de sus poblados más pequeños? Pues para el momento en que Juan Cristóbal Roscio navega hacia la América española lo estaba haciendo dentro del ámbito monárquico al que pertenecía Milán,entonces integrante del Imperio español, en razón de que formaba parte del dominio de la casa de los Austrias. De modo que en Venezuela el milanés Roscio estaba en casa, aunque entre Guárico y el Ducado de Milán no hubiese ninguna similitud. ¿Por qué abandonó Milán? No lo sabemos, pero sí comprobamos que antes de hacerse al océano estuvo viviendo en Cataluña.

Todo este cuadro familiar que someramente referimos hacía muy poco probable que el futuro doctor Juan Germán Roscio estudiara en la Universidad de Caracas, ya que para ser admitido en aquella casa de estudios se necesitaba un respaldo particular por parte delos principales de la provincia, un apoyo que obviara su condición mestiza,circunstancia que le impedía probar su “limpieza de sangre”. 

Para alegría del guariqueño ese espaldarazo llegó de parte de la hija del Conde de San Javier, María Luz Pacheco, y pudo trasladarse desde su pueblo natal a Caracas,siendo tenido por blanco, cuando no lo era.La filantropía de la señora Pacheco fue legendaria en Caracas, ya que ayudó a muchos niños de entonces a avanzar en sus estudios y a salir de las sombras, pero seguramente pocos alcanzaron a tocar el cielo de sus sueños como sí lo hizo Roscio, quien también conoció los sótanos de la desesperación.”

                                                                                                    Tomado de EFECTO COCUYO

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