DIÁLOGOS DE RECONSTITUCIÓN CON AGUSTÍN SQUELLA
Chile, 11 de septiembre 2020
Por Marcela Paillape
“Es hoja en blanco pero
no partir de cero porque chile tiene una biografía como país”
“Soy una persona sin partido político, sin religión, sin iglesia.
Soy un profesor universitario de provincia, y por medio de una votación popular
lo tengo muy difícil. Pero, en fin, lo consideraré en su momento, ciertamente.
Aunque me sería difícil llegar ahí, y no tengo aptitudes como para conseguir
votaciones, no creo tenerlas, sí me haría sentido estar allí”.
Así,
el doctor en derecho y académico de la Universidad de Valparaíso, Agustín
Squella, respondió la pregunta sobre si le interesaría ser candidato a una
posible convención constitucional. El también Premio Nacional de Humanidades
fue el primer invitado de los “Diálogos de Re Constitución”, un especial de
Conversaciones LT.
“Me resisto siempre a
conjeturar mucho sobre el futuro porque en rigor no tengo ninguna capacidad
predictiva pero hay cuestiones que podemos afirmar con alguna o bastante seguridad.
Saber que por fortuna nos encontramos en un proceso constituyente que tiene su
itinerario trazado, que tiene un momento muy especial e importante el 25 de
octubre próximo, donde tengo la convicción que la mayoría se pronunciará por
aprobar el camino hacia una nueva Constitución”, señaló.
Squella considera que Chile es un país mucho “más maduro” de lo
que creemos, y que las discrepancias y rivalidades políticas en una sociedad
democrática “es perfectamente natural y no debemos sorprendernos y lamentar
eso. Pero una vez puestos los desacuerdos sobre la mesa, tenemos un camino para
procesar esos desacuerdos y ser capaces de convenir en bastante más de un año,
una nueva Carta Fundamental que por primera vez en nuestra historia no sea la
imposición de un sector sobre otro. Esa
nueva Constitución no será la Constitución de la revancha contra la
Constitución de 1980; será una Constitución con un paso hacia adelante y no
mirando hacia atrás”, dijo.
Sobre el origen que dio marcha a este proceso constituyente y la
legitimidad de la presión social de las manifestaciones afirma que “en la
historia de occidente, importantísimos documentos jurídicos y políticos de los
que nos enorgullecemos fueron producto de crisis e incluso de presión que la
sociedad o parte de ella lo hicieron en contra de quienes detentaban el poder”.
Así, señaló que la lucha pacífica, las más de las veces por los
derechos fundamentales y constituciones son, no pocas veces, el resultado de
una presión sobre quienes detentan el poder y no quieren hacer concesiones, sea
este el poder político, económico o de cualquier otro tipo. “Hoy día nos enorgullecemos de esos documentos
con justa razón y no lamentamos que hayan sido producto de circunstancias
extraordinarias y ni siquiera de presiones sobre el poder”, agrega.
El ex rector publicó en El
Mercurio su columna “La gran marcha”, referente al cada vez más
cercano plebiscito. “No es una elección a la que se nos convoca para elegir
autoridades, esas votaciones son importantes, pero esta lo es mucho más porque
lo que se nos pide no es pronunciarnos sobre una autoridad que durante un
tiempo va a ocupar determinado cargo. Lo
que se nos pregunta como ciudadanos de este país es si queremos o no -y por
primera vez en la historia chilena- tengamos una Constitución que sea
democrática en su origen y contenidos, y a eso no hay que tenerle ningún
temor”. Así, la hoja en blanco para Squella es algo figurativo, y no significa
que se haga un borrón y cuenta nueva. “Es
hoja en blanco pero no partir de cero porque Chile tiene una biografía
como país, así como las personas tenemos biografía. Hay una tradición
constitucional en Chile con algunas cosas positivas y con algunas cosas
negativas y podemos aprender de nuestra historia constitucional. Podemos
aprender de los expertos y podemos aprender de constituciones de otros países
que nos merezcan respeto”
“Soy una persona sin partido político, sin religión, sin iglesia.
Soy un profesor universitario de provincia, y por medio de una votación popular
lo tengo muy difícil. Pero, en fin, lo consideraré en su momento, ciertamente.
Aunque me sería difícil llegar ahí, y no tengo aptitudes como para conseguir
votaciones, no creo tenerlas, sí me haría sentido estar allí”.
Así, el doctor en derecho y académico de la Universidad de Valparaíso,
Agustín Squella, respondió la pregunta sobre si le interesaría ser candidato a
una posible convención constitucional. El también Premio Nacional de
Humanidades fue el primer invitado de los “Diálogos de Re Constitución”, un
especial de Conversaciones LT.
“Me resisto siempre a conjeturar mucho sobre el futuro porque en
rigor no tengo ninguna capacidad predictiva pero hay cuestiones que podemos
afirmar con alguna o bastante seguridad. Saber que por fortuna nos encontramos
en un proceso constituyente que tiene su itinerario trazado, que tiene un
momento muy especial e importante el 25 de octubre próximo, donde tengo la
convicción que la mayoría se pronunciará por aprobar el camino hacia una nueva
Constitución”, señaló.
Squella considera que Chile es un país mucho “más maduro” de lo
que creemos, y que las discrepancias y rivalidades políticas en una sociedad
democrática “es perfectamente natural y no debemos sorprendernos y lamentar
eso. Pero una vez puestos los desacuerdos sobre la mesa, tenemos un camino para
procesar esos desacuerdos y ser capaces de convenir en bastante más de un año,
una nueva Carta Fundamental que por primera vez en nuestra historia no sea la
imposición de un sector sobre otro. Esa
nueva Constitución no será la Constitución de la revancha contra la
Constitución de 1980; será una Constitución con un paso hacia adelante y no
mirando hacia atrás”, dijo.
Sobre el origen que dio marcha a este proceso constituyente y la
legitimidad de la presión social de las manifestaciones afirma que “en la
historia de occidente, importantísimos documentos jurídicos y políticos de los
que nos enorgullecemos fueron producto de crisis e incluso de presión que la
sociedad o parte de ella lo hicieron en contra de quienes detentaban el poder”.
Así, señaló que la lucha pacífica, las más de las veces por los
derechos fundamentales y constituciones son, no pocas veces, el resultado de
una presión sobre quienes detentan el poder y no quieren hacer concesiones, sea
este el poder político, económico o de cualquier otro tipo. “Hoy día nos enorgullecemos de esos documentos
con justa razón y no lamentamos que hayan sido producto de circunstancias
extraordinarias y ni siquiera de presiones sobre el poder”, agrega.
El ex rector publicó en El
Mercurio su columna “La gran marcha”, referente al cada vez más
cercano plebiscito. “No es una elección a la que se nos convoca para elegir
autoridades, esas votaciones son importantes, pero esta lo es mucho más porque
lo que se nos pide no es pronunciarnos sobre una autoridad que durante un
tiempo va a ocupar determinado cargo. Lo
que se nos pregunta como ciudadanos de este país es si queremos o no -y por
primera vez en la historia chilena- tengamos una Constitución que sea
democrática en su origen y contenidos, y a eso no hay que tenerle ningún
temor”. Así, la hoja en blanco para Squella es algo figurativo, y no significa
que se haga un borrón y cuenta nueva. “Es
hoja en blanco pero no partir de cero porque Chile tiene una biografía
como país, así como las personas tenemos biografía. Hay una tradición
constitucional en Chile con algunas cosas positivas y con algunas cosas
negativas y podemos aprender de nuestra historia constitucional. Podemos
aprender de los expertos y podemos aprender de constituciones de otros países
que nos merezcan respeto”
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