jueves, 17 de septiembre de 2020

DIÁLOGOS DE RECONSTITUCIÓN CON AGUSTÍN SQUELLA


DIÁLOGOS DE RECONSTITUCIÓN CON AGUSTÍN SQUELLA

Chile, 11 de septiembre 2020

 

                                                                                            Por Marcela Paillape

 

“Es hoja en blanco pero no partir de cero porque chile tiene una biografía como país”

 

“Soy una persona sin partido político, sin religión, sin iglesia. Soy un profesor universitario de provincia, y por medio de una votación popular lo tengo muy difícil. Pero, en fin, lo consideraré en su momento, ciertamente. Aunque me sería difícil llegar ahí, y no tengo aptitudes como para conseguir votaciones, no creo tenerlas, sí me haría sentido estar allí”.

Así, el doctor en derecho y académico de la Universidad de Valparaíso, Agustín Squella, respondió la pregunta sobre si le interesaría ser candidato a una posible convención constitucional. El también Premio Nacional de Humanidades fue el primer invitado de los “Diálogos de Re Constitución”, un especial de Conversaciones LT.

 

 “Me resisto siempre a conjeturar mucho sobre el futuro porque en rigor no tengo ninguna capacidad predictiva pero hay cuestiones que podemos afirmar con alguna o bastante seguridad. Saber que por fortuna nos encontramos en un proceso constituyente que tiene su itinerario trazado, que tiene un momento muy especial e importante el 25 de octubre próximo, donde tengo la convicción que la mayoría se pronunciará por aprobar el camino hacia una nueva Constitución”, señaló.

 

Squella considera que Chile es un país mucho “más maduro” de lo que creemos, y que las discrepancias y rivalidades políticas en una sociedad democrática “es perfectamente natural y no debemos sorprendernos y lamentar eso. Pero una vez puestos los desacuerdos sobre la mesa, tenemos un camino para procesar esos desacuerdos y ser capaces de convenir en bastante más de un año, una nueva Carta Fundamental que por primera vez en nuestra historia no sea la imposición de un sector sobre otro. Esa nueva Constitución no será la Constitución de la revancha contra la Constitución de 1980; será una Constitución con un paso hacia adelante y no mirando hacia atrás”, dijo.

 

Sobre el origen que dio marcha a este proceso constituyente y la legitimidad de la presión social de las manifestaciones afirma que “en la historia de occidente, importantísimos documentos jurídicos y políticos de los que nos enorgullecemos fueron producto de crisis e incluso de presión que la sociedad o parte de ella lo hicieron en contra de quienes detentaban el poder”.

 

Así, señaló que la lucha pacífica, las más de las veces por los derechos fundamentales y constituciones son, no pocas veces, el resultado de una presión sobre quienes detentan el poder y no quieren hacer concesiones, sea este el poder político, económico o de cualquier otro tipo. “Hoy día nos enorgullecemos de esos documentos con justa razón y no lamentamos que hayan sido producto de circunstancias extraordinarias y ni siquiera de presiones sobre el poder”, agrega.

 

El ex rector publicó en El Mercurio su columna “La gran marcha”, referente al cada vez más cercano plebiscito. “No es una elección a la que se nos convoca para elegir autoridades, esas votaciones son importantes, pero esta lo es mucho más porque lo que se nos pide no es pronunciarnos sobre una autoridad que durante un tiempo va a ocupar determinado cargo. Lo que se nos pregunta como ciudadanos de este país es si queremos o no -y por primera vez en la historia chilena- tengamos una Constitución que sea democrática en su origen y contenidos, y a eso no hay que tenerle ningún temor”. Así, la hoja en blanco para Squella es algo figurativo, y no significa que se haga un borrón y cuenta nueva. “Es hoja en blanco pero no partir de cero porque Chile tiene una biografía como país, así como las personas tenemos biografía. Hay una tradición constitucional en Chile con algunas cosas positivas y con algunas cosas negativas y podemos aprender de nuestra historia constitucional. Podemos aprender de los expertos y podemos aprender de constituciones de otros países que nos merezcan respeto”

 

“Soy una persona sin partido político, sin religión, sin iglesia. Soy un profesor universitario de provincia, y por medio de una votación popular lo tengo muy difícil. Pero, en fin, lo consideraré en su momento, ciertamente. Aunque me sería difícil llegar ahí, y no tengo aptitudes como para conseguir votaciones, no creo tenerlas, sí me haría sentido estar allí”.

 

Así, el doctor en derecho y académico de la Universidad de Valparaíso, Agustín Squella, respondió la pregunta sobre si le interesaría ser candidato a una posible convención constitucional. El también Premio Nacional de Humanidades fue el primer invitado de los “Diálogos de Re Constitución”, un especial de Conversaciones LT.

 

“Me resisto siempre a conjeturar mucho sobre el futuro porque en rigor no tengo ninguna capacidad predictiva pero hay cuestiones que podemos afirmar con alguna o bastante seguridad. Saber que por fortuna nos encontramos en un proceso constituyente que tiene su itinerario trazado, que tiene un momento muy especial e importante el 25 de octubre próximo, donde tengo la convicción que la mayoría se pronunciará por aprobar el camino hacia una nueva Constitución”, señaló.

 

Squella considera que Chile es un país mucho “más maduro” de lo que creemos, y que las discrepancias y rivalidades políticas en una sociedad democrática “es perfectamente natural y no debemos sorprendernos y lamentar eso. Pero una vez puestos los desacuerdos sobre la mesa, tenemos un camino para procesar esos desacuerdos y ser capaces de convenir en bastante más de un año, una nueva Carta Fundamental que por primera vez en nuestra historia no sea la imposición de un sector sobre otro. Esa nueva Constitución no será la Constitución de la revancha contra la Constitución de 1980; será una Constitución con un paso hacia adelante y no mirando hacia atrás”, dijo.

 

Sobre el origen que dio marcha a este proceso constituyente y la legitimidad de la presión social de las manifestaciones afirma que “en la historia de occidente, importantísimos documentos jurídicos y políticos de los que nos enorgullecemos fueron producto de crisis e incluso de presión que la sociedad o parte de ella lo hicieron en contra de quienes detentaban el poder”.

 

Así, señaló que la lucha pacífica, las más de las veces por los derechos fundamentales y constituciones son, no pocas veces, el resultado de una presión sobre quienes detentan el poder y no quieren hacer concesiones, sea este el poder político, económico o de cualquier otro tipo. “Hoy día nos enorgullecemos de esos documentos con justa razón y no lamentamos que hayan sido producto de circunstancias extraordinarias y ni siquiera de presiones sobre el poder”, agrega.

 

El ex rector publicó en El Mercurio su columna “La gran marcha”, referente al cada vez más cercano plebiscito. “No es una elección a la que se nos convoca para elegir autoridades, esas votaciones son importantes, pero esta lo es mucho más porque lo que se nos pide no es pronunciarnos sobre una autoridad que durante un tiempo va a ocupar determinado cargo. Lo que se nos pregunta como ciudadanos de este país es si queremos o no -y por primera vez en la historia chilena- tengamos una Constitución que sea democrática en su origen y contenidos, y a eso no hay que tenerle ningún temor”. Así, la hoja en blanco para Squella es algo figurativo, y no significa que se haga un borrón y cuenta nueva. “Es hoja en blanco pero no partir de cero porque Chile tiene una biografía como país, así como las personas tenemos biografía. Hay una tradición constitucional en Chile con algunas cosas positivas y con algunas cosas negativas y podemos aprender de nuestra historia constitucional. Podemos aprender de los expertos y podemos aprender de constituciones de otros países que nos merezcan respeto”

  

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