TEODORA: DE PROSTITUTA A EMPERATRIZ DE BIZANCIO Y…
SANTA
Chile, 14 de diciembre 2024
Por Carlos Berbell
Tomado de DIARIO CONSTITUCIONAL, CHILE
Publica Abg. Rafael Medina Villalonga
“Justiniano fue uno de los grandes emperadores
de Bizancio. Bajo su mando, se recuperaron los territorios occidentales del
antiguo Imperio Romano, reconquistando el norte de África, gran parte de Italia
y el sureste de la península Ibérica. Sin embargo, su mayor legado fue el
Corpus Iuris Civilis, una recopilación y simplificación del derecho romano que
se convirtió en el texto jurídico más influyente de la historia. Esta obra
sentó las bases para los sistemas legales de muchos estados modernos.”
“¿Con cuántos hombres se
acostó Teodora, antes de convertirse en emperatriz de Bizancio en el
año 527, cuando alternaba el ejercicio de la prostitución con una fulgurante
carrera como actriz?”
“El número es
incalculable, tanto de las clases más bajas como de las más altas. Teodora no
hizo ascos a nada ni a nadie para abrirse camino desde la miseria más absoluta
hasta la cumbre más alta del Imperio Romano de Oriente, o Bizancio, que
abarcaba medio mar Mediterráneo y las costas de Europa, Asia y Africa. Lo que hoy
son Grecia, Macedonia, Albania, Bosnia, Serbia, Bulgaria, Turquía, Líbano,
Siria, Israel, Egipto, Libia, y partes de Rumanía, Hungría, Jordania e Irak.”
“Su
historia está compuesta por una amalgama de osadía, ambición, buena suerte y
desesperación. Teodora era hija de Acacio, un cuidador de fieras del
hipódromo de Constantinopla (actualmente Estambul), la capital del
Imperio.”
“Tenía
dos hermanas: Comito y Anastasia, y vivían en los subterráneos
del citado aforo, una enorme cloaca habitada por miles de personas. Cuando su
padre murió, su madre, que no tenía ningún medio para alimentar a tres niñas
pequeñas, se unió al hombre que sustituyó a su marido en el mismo trabajo.”
“Este,
a su vez, no duró mucho porque el responsable de repartir los empleos se lo
entregó a otro mejor recomendado.”
“La
madre, que era de armas tomar, cogió a sus tres pequeñas y apareció en el
hipódromo, un “centro multiuso” en el que, además, de celebrarse carreras de
cuadrigas, luchas entre gladiadores o con alimañas, se reconvertía temporalmente
en templo religioso o en sucedáneo de parlamento popular con capacidad para
resolver todo tipo de conflictos entre ciudadanos”.
“Los
graderíos estaban divididos en dos facciones: los verdes, que defendían una
única naturaleza divina de Jesucristo y se alineaban con los no aristócratas, y
los azules, que defendían las dos naturalezas, la divina y la humana, y
pertenecían a la aristocracia”.
“La
mayoría de los presentes conocía el problema que la viuda y sus tres huérfanas
iba a presentar. Los verdes, nada más verlas aparecer, comenzaron a
abuchearlas. Los azules, más que nada por llevar la contraria a los verdes, se
enfrentaron a sus rivales, acusándolos de inhumanos por no importarles dejar en
la indigencia a una familia, e hicieron que devolvieran al segundo compañero de
la mujer el puesto del trabajo de su primer marido.”
“Aquella
experiencia quedaría grabada a fuego para siempre en su memoria de
cría. Se prometió que nunca pasaría hambre y que, algún día,
castigaría a los verdes por su actitud. Y a fé suya que lo cumplió.”
“COMENZÓ COMO ACTRIZ”
“Siendo
todavía una niña, Teodora comenzó a trabajar como actriz, junto a su hermana
mayor, Comito, en ese mismo hipódromo. Eran papeles muy simples en piezas
cómicas que tenían un gran éxito entonces.”
“En el 515, siendo ya una
joven y bella mujer, estrenó en un teatro de verdad de
Constantinopla. Tenía un don natural para el teatro y encarnó múltiples
papeles, desde la dama de la alta sociedad hasta la más depravada prostituta.”
“Teodora sabía
que su cuerpo era soberbio y, conscientemente, se dedicó a explotarlo
mostrándolo en cuanta escena se lo permitiera. Las leyes del imperio prohibían
el desnudo completo sobre el escenario, pero ella se las arreglaba para
mostrarlo todo con diferentes posturas.”
“Sabía
que así llamaría la atención; no se equivocó. El boca a boca comenzó a
funcionar y pronto estuvo en los labios del “todo Constantinopla”, que acudió a
comprobar en vivo su belleza.”
“Teodora
dio el salto a la prostitución de lujo con toda la consciencia y asumiendo las
consecuencias de tal decisión. Su fama hizo que la contrataran para que diera
pases privados en las casas de los más influyentes y poderosos hombres del
imperio, quienes después se peleaban como auténticos marineros por ver quien se
acostaba con ella antes.”
“Su
notoriedad como amante pronto trascendió también a la calle. Teodora no
hacía ascos a nadie ni a nada, cualquiera que fuera la “especialidad” requerida
por el cliente.”
“Ninguna
exigencia de un príncipe depravado le desagrada”, escribió Francis Fèvre, biógrafo
de Teodora, que se sometió a varios abortos en aquella época.”
“La
futura emperatriz, sin embargo, no era insensible a los sentimientos. Cuando
tenía 17 años se enamoró de Hecebolos, un comerciante sirio muy rico,
conocido del emperador Anastasio.”
“A
Hecebolos lo arruinó con sus caprichos, pero no lo abandonó. Al contrario, se
quedó a su lado. Teodora veía en Hecebolos al hombre que la podía retirar y, si
no casarse con ella, porque era una prostituta, al menos mantenerla.”
“Fue
la propia Teodora la que convenció a Hecebolos para que hablara con el
emperador a fin de que le diera un puesto en alguna de las posesiones del
Imperio, donde pudiera rehacer su fortuna.”
“Hecebolos
fue nombrado gobernador de Pentápolis, en Cirenaica, en la costa africana. Una
vez en su destino Hecebolos prescindió de su amante y la echó a la calle sin
más ropa que la que llevaba puesta y sin ningún tipo de recursos.”
“No
era de recibo que el representante del emperador tuviera relaciones con una
prostituta. Teodora decidió volver a Constantinopla y para ello tuvo que volver
a ejercer la prostitución con lo más bajo y rastrero del Imperio.”
“Tres
años después consiguió poner pie de nuevo en su destino. En su odisea
particular recaló en Alejandría, donde conoció “íntimamente” a Severo, el
depuesto patriarca de Antioquía, jefe de la secta monofisista; un hombre severo
que se prendó por la futura emperatriz; y por Antioquía.”
“EL REGRESO”
“Entre
su salida y su regreso las cosas habían cambiado en Constantinopla. Era el año
521. El emperador Anastasio había fallecido y le había
sucedido Justino, de 66 años, jefe de la guardia pretoriana.”
“Teodora
tenía tan solo 22 años y una hija y la determinación de vivir de un “oficio
honrado”. Lo intentó durante al menos un año. Montó un taller de hiladuras de
lana en el centro de la ciudad, pero no sacaba lo suficiente para sobrevivir,
por lo que decidió regresar a la “vieja vida”.
“Aquello
le trajo suerte pues en una de las orgías a las que fue “invitada” conoció
a un militar de 39 años, 16 años mayor que él, llamado Justiniano, que era
sobrino del emperador.”
“Justiniano
no era un militar al uso. Era un experto en leyes, filosofía, religión, un
auténtico erudito que, no obstante, sabía cómo divertirse y que adoraba las
cenas con orgía de postre.”
“Lo
que no sospechaba es que en una de ellas quedaría prendado para siempre de una
prostituta que, al principio, le hizo sufrir lo indecible con su deliciosa
coquetería.”
“A
las pocas semanas Justiniano había convertido a Teodora en su “novia oficial”,
aunque en realidad era su amante y vivía con él en su propia casa -de la niña
se perdió la pista-.”
“Su
próximo matrimonio con el “futuro” emperador, como así lo veía Teodora ya que
Justino no tenía descendencia, colmaba todas sus aspiraciones con creces.”
“Pero
no todo iba a ser tan fácil. Había escollos que superar. Por una parte, la
emperatriz Eufemia, conocedora del pasado de Teodora, se negó a que su
sobrino se casara con una prostituta.”
“Por
otra, existía una ley que prohibía a los patricios casarse con quienes habían
sido actrices, por no decir mesalinas. La muerte de Eufemia, en el 523, y el
declive físico de Justino, dejaron el camino expedito para que Justiniano y
Teodora se casaran ese mismo año en la catedral de la ciudad y ante el
patriarca Epifanio, tras derogarse la ley.”
“Teodora no se convertiría
en emperatriz hasta el 4 de abril del 527, cuatro años más tarde. Esa tarde,
tras ser ungidos emperadores en la basílica de Santa Sofía por el mismo
patriarca, Teodora y su marido acudieron al hipódromo.”
“La
emperatriz no pudo dejar de sentir un latigazo de escalofrío recorriendo su
espalda cuando miró la puerta por la que años atrás su madre, sus dos hermanas
y ella suplicaron ayuda para no perecer. Tampoco cuando recorrió con mirada
fría las gradas donde se sentaban los odiados Verdes.”
“El
pueblo, en general, no aceptó demasiado bien que una prostituta se hubiera
convertido en emperatriz y comenzaron a propagarse rumores en torno a ella.
Unos decían que Teodora había contagiado una enfermedad venérea al emperador.
Otros que deambulaba por el Palacio Imperial completamente desnuda, a excepción
de una cinta en torno a la cintura.”
“De
acuerdo con un supuesto sirviente, testigo presencial de los hechos, la
emperatriz se había acostado con diez jóvenes nobles en una noche y con treinta
criados al día siguiente.”
“UNA MUJER IMPLACABLE”
“A
Teodora los rumores no le inquietaban. En los meses siguientes después de
asumir el poder sustituyó a la mayor parte del servicio de palacio -unas 10.000
personas- por personas afines a ella, sobre todo familiares suyos y ex
compañeras del oficio.”
“Las
que desearon contraer matrimonio las casaba con patricios, a los que no les dio
otra alternativa que la muerte. Para las profesionales que continuaron en
la prostitución promulgó leyes protegiéndolas.”
“¡Ay!
de aquel cliente que fuerce a una meretriz a trabajar más tiempo del que ellas
consideraran “suficiente”, o de pedirles alguna “especialidad” que ellas no
consideraran “dignas”.”
“La
pena podía ser de cárcel.”
“La
emperatriz Teodora, ni que decir tiene, contribuyó a aplastar a los Verdes
hasta casi su desaparición y, después, a esquilmar a las clases pudientes con
impuestos aplastantes. Fue su venganza por lo que había sufrido siendo niña,
aunque su propia clase sufrió también los rigores de la Hacienda Imperial.”
“Esto
provocó una serie de revueltas populares, capitaneadas por los Verdes que
quedaban y los Azules y que arrasaron la ciudad, incluyendo la basílica de
Santa Sofía, la cual fue incendiada.”
“A ojos
de Justiniano todo estaba perdido. Sólo quedaba el Palacio, al que la
muchedumbre llamaba el “Burdel Dorado”. La única que no se rindió fue Teodora,
que tomó el mando de la situación.”
“Ordenó a su
eunuco Narsés que comprara a los dirigentes azules con oro para que
se retiraran de las revueltas. Una vez conseguido, utilizó un truco típicamente
romano.”
“Prometió
pan y circo a los “revolucionarios” y les invitó a que ocuparan las gradas del
hipódromo, donde al final del espectáculo los emperadores tenían “algo muy
importante que decir”. Finalizado el espectáculo, la Guardia de Palacio, a las
órdenes del general Belisario, masacró a los congregados, quitando la vida a
30.000 hombres, mujeres y niños.”
“De
esa forma Teodora salvó al Imperio de Bizancio de una guerra civil y de su
propia desaparición.”
“En
los planes de reconstrucción de Constantinopla dio prioridad a la
reconstrucción de la basílica de Santa Sofía.”
“Teodora
vivió hasta que un cáncer se la llevó en el 548, con 49 años. Hasta su muerte
ejerció el poder como una auténtica emperatriz de cuna y la Iglesia Ortodoxa la
elevó, años más tarde, al rango de santa.”
“Teodora
no hubiera podido pedir más al destino.”