IMPRESIONANTE NUEVA CARTA A TRUMP DEL ARZOBISPO
VIGANÒ
USA, 30
de octubre 2020
“Traducimos
la impresionante nueva carta enviada por el Arzobispo Carlo Maria Viganò al
Presidente Trump, compartida por el grupo de inteligencia.”
CARTA ABIERTA
AL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
DONALD J. TRUMP
Domingo, 25
de octubre, 2020
Solemnidad de Cristo el Rey.
Señor
Presidente,
Permítame
dirigirme a usted en esta hora en la cual el destino del mundo entero está
siendo amenazado por una conspiración global contra Dios y la humanidad. Le
escribo como Arzobispo, como Sucesor de los Apóstoles, como el ex Nuncio
Apostólico para los Estados Unidos de América. Le estoy escribiendo en medio del
silencio de las autoridades tanto civiles como religiosas. Acepte mis palabras
como la «voz del que llora en el desierto» (Jn 1:23).
Como
dije cuando le escribí mi carta en junio, este momento histórico ve las fuerzas
del Mal alineadas en una batalla sin cuartel contra las fuerzas del Bien; las
fuerzas del Mal que aparecen poderosas y organizadas mientras se oponen a los
niños de la Luz, quienes están desorientados y desorganizados, abandonados por
sus líderes temporales y espirituales.
A
diario sentimos multiplicarse los ataques de aquellos que quieren destruir la
base misma de la sociedad: la familia natural, el respeto por la vida humana,
el amor por el país, libertad de educación y negocio. Vemos a los líderes de
naciones y líderes religiosos complacientes a este suicidio de la cultura
Occidental y alma Cristiana, mientras los derechos fundamentales de los
ciudadanos y creyentes son negados en el nombre de una emergencia de salud que
se está revelando completamente más y más como instrumental al establecimiento
de una tiranía inhumana sin rostro.
Un
plan global llamado el Gran Reseteo está
en marcha. Su arquitecto es una élite global que quiere dominar toda la
humanidad, imponiendo medidas coercitivas con las cuales limitar drásticamente
las libertades individuales y a aquellos en poblaciones enteras. En varias
naciones este plan ya ha sido aprobado y financiado; en otras está aún en una
etapa inicial. Detrás de los líderes mundiales quienes son cómplices y
ejecutores de este proyecto infernal, hay caracteres inescrupulosos que
financian el Foro Económico Mundial y el Evento
201, promoviendo su agenda.
El
propósito del Gran Reseteo es la imposición de una
dictadura sanitaria apuntando a la imposición de medidas liberticidas, ocultas
detrás de promesas tentadoras de asegurar un ingreso universal y cancelando la
deuda individual. El precio de esas concesiones del Fondo Monetario
Internacional será la renuncia a la propiedad privada y la adherencia a un
programa de vacunación Covid-19 y Covid-21 promovido por Bill Gates con la
colaboración de los principales grupos farmacéuticos. Más allá de los enormes
intereses económicos que motivan a los promotores del Gran
Reseteo, la imposición de la vacunación será acompañada de un
pasaporte de salud y un ID digital, con el consecuente rastreo de contacto de
la población del mundo entero. Aquellos que no acepten esas medidas serán
confinados en campos de detención o puestos bajo arresto domiciliario, y todos
sus activos serán confiscados.
Sr.
Presidente, me imagino que usted ya está consciente de que en algunos países,
el Gran
Reseteo será activado entre el final de este año y el primer
trimestre del 2021. Para ese propósito se han planeado más encierros, los
cuales serán oficialmente justificados por una supuesta segunda y tercera ola
de pandemia. Usted está muy consciente de las intenciones que han sido
desplegadas para sembrar el pánico y legitimizar las limitaciones draconianas a
las libertades individuales, provocando ingeniosamente una crisis económica a
nivel mundial.
En
las intenciones de sus arquitectos, esa crisis servirá para hacer irreversible
el recurso de las naciones al Gran Reseteo, dando por lo
tanto el golpe final a un mundo cuya propia memoria y existencia ellos quieren
cancelar completamente. Pero este mundo, Sr. Presidente, incluye personas,
afectos, instituciones, fe, cultura, tradiciones e ideales: personas y valores
que no actúan como autómatas, quienes no obedecen como máquinas, porque están
dotados de un alma y un corazón, que están enlazados por un vínculo espiritual
que obtiene su fortaleza de arriba, de ese Dios que nuestros adversarios
quieren retar, igual como hizo Lucifer al comienzo de nuestro tiempo con su «non
serviam«.
Mucha
gente – como bien sabemos – está fastidiada por esa referencia al choque entre
el Bien y el Mal y el uso de términos «apocalípticos», los cuales de acuerdo a
ellos exasperan los espíritus y agudizan las divisiones. No es sorprendente que
el enemigo esté enojado al ser descubierto justo cuando cree que ha alcanzado
la ciudad que piensa conquistar sin perturbaciones. Lo que es sorprendente, sin
embargo, es que nadie hace sonar la alarma. La reacción del estado profundo a
aquellos que denuncian su plan es rota e incoherente, pero comprensible. Justo
cuando la complicidad de los Medios Masivos han tenido éxito en la transición
al Nuevo Orden Mundial casi sin dolor e inadvertidos, están saliendo a la luz
todo tipo de engaños, escándalos y crímenes.
Hasta
hace pocos meses, era fácil desprestigiar como «teóricos de conspiración» a
aquellos que denunciaban esos planes terribles, los cuales ahora vemos se están
llevando a cabo al más pequeño detalle. Nadie, hasta febrero pasado, habría
pensado que, en todas nuestras ciudades, los ciudadanos serían arrestados por
simplemente querer caminar por la calle, respirar, por querer mantener sus
negocios abiertos, por querer ir a la iglesia el domingo. Sin embargo ahora
está ocurriendo en todo el mundo, incluso en la pintoresca Italia que muchos
estadounidenses consideran ser un pequeño país encantado, con sus antiguos
monumentos, sus iglesias, sus ciudades encantadoras, sus características
villas.
Y
mientras los políticos están protegidos dentro de sus palacios
promulgando decretos como sátrapas persas, los negocios están fallando, los
talleres cerrando, y previenen que la gente viva, viaje, trabaje y ore. Las
desastrosas consecuencias psicológicas de esta operación ya se están viendo,
empezando con los suicidios de empresarios desesperados y de nuestros niños
segregados de sus amigos, compañeros de clases, diciéndoles que sigan sus
clases mientras se sientan solos en casa frente a un computador.
En
la Sagrada Escritura, San Pablo nos habla de «el que se opone» a la
manifestación del misterio de la iniquidad, el kathekon (2 Tesalonicenses
2:6-7). En la esfera religiosa, ese obstáculo al mal es la
Iglesia, y en particular el Papado; en la esfera política, son aquellos que
impiden el establecimiento del Nuevo Orden Mundial.
Como
es claro ahora, el que ocupa la Silla de Pedro ha traicionado su papel desde el
mismo inicio para poder defender y promover la ideología globalista,
apoyando la agenda de la Iglesia profunda, que lo eligió de sus rangos.
Sr.
Presidente, usted ha declarado claramente que quiere defender a la nación – Una
nación bajo Dios, libertades fundamentales, y valores no negociables que hoy
son negados y contra los que se lucha hoy. Es usted, querido Presidente, quien
es «el que se opone» al estado profundo, el asalto final a los niños de
la obscuridad.
Por
esa razón es necesario que todas las personas de bien sean persuadidas por la
importancia de época de las inminentes elecciones: no tanto por el
destino de tal o cual programa político, sino debido a la inspiración general
de su acción que encarna mejor – en este particular contexto histórico – ese
mundo, nuestro mundo, el cual ellos quieren cancelar por todos los medios del
encierro.
Su
adversario es también nuestro adversario: es el Enemigo de la raza humana, El
quien es «un asesino desde el principio» (Jn 8:44).
A
su alrededor se reúnen con fe y coraje aquellos que lo consideran la guarnición
final contra la dictadura mundial. La alternativa es votar por una persona que
está manipulada por el estado profundo, gravemente comprometida por escándalos
y corrupción, que hará a los Estados Unidos lo que Jorge Mario Bergoglio está
haciendo a la Iglesia, el Primer Ministro Conte a Italia, el Presidente Macron
a Francia, el Primer Ministro Sanchez a España, y más. La naturaleza de
chantaje de Joe Biden – al igual que la de los prelados del «círculo mágico»
del Vaticano – lo expondrá para ser usado inescrupulosamente, permitiendo a
poderes ilegítimos tanto en política doméstica así como también en balances
internacionales. Es obvio que aquellos que lo manipulan ya tienen a alguien
peor que él listo, con quien lo reemplazarán tan pronto como se presente la
oportunidad.
Y
aún así, en medio de esa desolada imagen, de ese aparentemente imparable avance
del «Enemigo Invisible», emerge un elemento de esperanza. El adversario no sabe
cómo amar, y no comprende que no es suficiente el asegurar un ingreso universal
o cancelar las deudas de hipotecas para poder subyugar a las masas y
convencerlos de ser marcados como ganado.
Esa
gente, que por mucho tiempo ha soportado los abusos de un poder tiránico y
odioso, está redescubriendo que tiene un alma; está entendiendo que no está
dispuesta a cambiar su libertad por la homogenización y cancelación de su
identidad; está empezando a comprender el valor de los lazos familiares y
sociales, de los lazos de fe y cultura que unen a la gente honesta.
Ese Gran
Reseteo está destinado a fallar porque aquellos que lo
planearon no entienden que aún hay gente lista para tomar las calles y defender
sus derechos, para proteger a sus seres queridos, para dar un futuro a sus
hijos y nietos. La nivelación inhumana del proyecto globalista se destrozará
miserablemente en el rostro de la oposición firme y con coraje de los hijos de
la Luz.
El
enemigo tiene a Satán de su lado, El quién solo sabe cómo odiar. Pero de
nuestro lado, tenemos al Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos
arreglados para la batalla, y la Más Santa Virgen, quien aplastará la cabeza de
la antigua Serpiente. «Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar en contra
nuestra?» (Rom 8:31).
Sr.
Presidente, usted está muy consciente que, en esta hora crucial, los Estados
Unidos de América son considerados el muro defensor contra el cual la guerra
declarada por los defensores del globalismo ha sido desatada. Ponga su
confianza en el Señor, reforzada por las palabras del Apóstol Pablo: «Puedo
hacer todas la cosas en El, quien me fortalece» (Fil 4:13). El ser un
instrumento de la Divina Providencia es una gran responsabilidad, por lo cual
usted recibirá todas las gracias de estado que necesita, ya que están siendo
fervientemente imploradas para usted, por mucha gente que lo apoya con sus oraciones.
Con
esa esperanza celestial y la seguridad de mis oraciones por usted, por la
Primera Dama, y por sus colaboradores, con todo mi corazón le envío mi
bendición.
¡Dios bendiga a
los Estados Unidos de América!
+Carlo Maria
Vigano
Título:
Arzobispo de Ulpiana. Ex Nuncio Apostólico para los Estados Unidos de América.