Chile, 26 de septiembre 2019
“Aunque Chile no tiene una norma como en el Europa, el
Derecho Constitucional local igual establece garantías para desaparecer de los
motores de búsqueda. Desde contactarse con el sitio web responsable hasta
recurrir a la Corte de Apelaciones.”
“La
internet no olvida, excepto en Europa”. Muchos podrían pensar esto después del reciente fallo a favor de Google por la Corte Europea, donde confirma que el derecho al olvido sólo
puede darse en sus países miembros. Sin embargo, no es un tema blanco y negro y
lo que se conoce como “derecho al olvido” en Europa también existe en
Chile, pero bajo otra forma.
Se pensaba
que en nuestro país, “no se reconocía el derecho al olvido, porque se señalaba
que no estaba concentrado en la legislación. Pero hoy esto no es nuevo, sino
que es el mismo derecho a suprimir los datos”, explica Jessica Matus,
creadora de la Fundación Datos Protegidos.
El año
pasado el Senado aprobó convertir el Derecho a la Protección de Datos
Personales en un
derecho constitucional, modificando el N. 4 del artículo 9 de esta ley.
Amparado en este derecho, un ciudadano común cuya información privada
aparezca en los motores de búsqueda puede dirigirse a la
administración del sitio web que la emitió y pedir su desindexación, o
supresión.
Matus trae
a colación el sitio web conocido como Rutificador, donde basta
introducir el nombre completo de alguien para que nos dé su información
personal como número de RUT. La abogada afirma que este sitio no cuenta
con un argumento legal para esta actividad. “Pero el punto es que
cuando tu vas al sitio, no hay ningún correo, ni forma de acceder al
administrador del sitio web”.
Este es un
problema recurrente, comenta, ya que muchos sitios web no muestran una
dirección de correo a la cual recurrir para usuarios que quieran desindexar su
información.
Incluso es
posible hacerle esta solicitud a Google. Esto es lo que hizo el ahora fiscal Jorge
Abbott en 2012, cuando se dio cuenta de que su nombre aparecía
automáticamente sugerido junto al adjetivo “corrupto” en el motor de
búsqueda. Como Google se negó, Abbott presentó un recurso de protección
a la Corte de Apelaciones, la cual terminó por darle la razón. Este
fue el primer caso contra Google en Chile.
EL FISCAL
NACIONAL JORGE ABOTT, LA PRIMERA PERSONA EN LOGRAR QUE GOOGLE DESINDEXARA UNA
INFORMACIÓN QUE A SU JUICIO DAÑABA SU HONRA.
El
procedimiento de Abbot es el mismo al que debe someterse cualquiera que quiere
desindexar su información de los motores de búsqueda, pero que no ha
podido a causa de la negativa del sitio web o empresa en cuestión. Este
proceso judicial dura seis meses normalmente, a menos que la contraparte
presente una apelación, la cual le sumaría 6 meses más al proceso.
Al contar
con una Ley de Datos Personales, los países de la Unión Europea
cuentan con Agencias de Protección de Datos a los cuales los ciudadanos pueden
acudir sin tener que optar por la vía judicial. En el caso de la
Agencia Española de Protección de Datos, por ejemplo, este proceso puede durar
tres meses.
Borrar tu huella
Desindexación
se refiere a eliminar el nombre de la persona implicada de los resultados en
motores de búsqueda. En el
caso de medios de comunicación, por ejemplo, las noticias donde aparezca el
nombre o información desindexados, todavía estará disponible en sus
bases de datos, pero no aparecerán en los resultados de búsqueda de Google,
por ejemplo.
Matus
agrega que en Europa, los medios deben agregar notas de aclaración a noticias
antiguas de individuos que hayan sido imputados pero que después de
publicadas fueron declarados inocentes.
Desindexar,
sin embargo, no es lo mismo que eliminar de internet. Acerca de esta
posibilidad, José Miguel Piquer, académico del Departamento de Ciencias de la
Computación de la Universidad de Chile, dice concluyentemente que no existe la
posibilidad de borrar todo sobre un asunto específico en Internet.
“Técnicamente
no es posible eliminar los datos de una persona de Internet para siempre. Basta
que alguien haya guardado una copia en un pendrive y lo vuelva a publicar años
después. Lo que haría Google es que evitaría encontrarlo, pero son
parches. Yo creo que lo que uno publica en Internet, y las huellas que
uno deja, son indelebles”, señala José Miguel Piquer, académico de la
Universidad de Chile y responsable de la primera página web publicada en Chile.
La situación en Europa
En 2014 el
Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que buscadores de
Internet como Google, debían eliminar los enlaces e informaciones
publicadas en el pasado si eran consideradas “ofensivas” para alguna persona.
El fallo además, obligó a ofrecer resultados diferenciados para Europa y el
resto del mundo.
¿La
contienda? “El derecho al olvido”, aquel que le da poder a los
ciudadanos de la Unión Europea de solicitar a una organización, ya sea
oralmente o por escrito, la eliminación de datos sensibles o privados sobre
ellos.
La medida
inédita, llevó a más de 70 mil personas en Europa a pedir que
se retirarán enlaces que los afectaban. Google, señaló en ese momento que cada
petición sería analizada de forma individual.
La disputa,
sin embargo, no quedó ahí. El pasado martes, nuevamente Google se enfrentó a
otra importante decisión sobre la privacidad. En este caso, debía responder
ante un regulador francés de protección de datos, y la posibilidad de que el
derecho al olvido se pudiera aplicar exclusivamente en Europa o tuviera
un alcance global.
¿El
veredicto? La Corte Europea de Justicia le dió la razón a
Google, después un tira y afloja legal de tres años contra la Comisión Nacional
de Informática y Libertades (CNIL) de Francia. Con ello limitó además el
derecho al olvido a la UE.
Sin
embargo, es cuestión de que un ciudadano europeo con una Red Privada Virtual o
VPN (en inglés Virtual Private Network) que oculte su proveniencia
escriba google.com en lugar de .de (Alemania) o .fr (Francia) para
encontrarse con datos “olvidados” en los resultados. Es en este contexto que,
en 2015, la CNIL ordenó a Google remover a nivel mundial datos sensibles sobre
a una persona afectada. Google se rehusó, y escaló la contienda hasta la Corte
Europea, la cual ayer emitió su veredicto.
Google ha
recibido 845.501 peticiones para “derecho al olvido” en los últimos cinco años, de los que la empresa
ha eliminado un 45% de los 3,3 millones de links solicitados en dichas
peticiones.”