TRASTORNO BIPOLAR

ENTRE LA ALEGRÍA Y LA DEPRESIÓN

El término bipolar se ha estigmatizado hoy día en la sociedad. Toda persona que manifieste estados anímicos que varían repentinamente son catalogados “bipolares”, lo cual ya genera una respuesta negativa, de rechazo así como de inaceptabilidad.

Los cambios de ánimo –según los especialistas- son el producto de diversas circunstancias por las que atraviesa una persona y van desde la extrema felicidad hasta la profunda tristeza.

Quienes se dedican al estudio del comportamiento humano, explican que sin razón aparente, la persona puede experimentar episodios anímicos intermitentes; es decir, de contentos pueden pasar a rabiosos sin explicación alguna.

En el campo de la psicología, a esto se le denomina Trastorno Bipolar “cambios de ánimo inusuales” que engloba la energía y el comportamiento.

“El Trastorno Bipolar corresponde a los altibajos que experimentamos todos aun en el mejor momento de nuestras vidas. Las consecuencias de ello es que repercute en las relaciones que tengamos con personas cercanas, la pareja, familia e incluso el trabajo y estos estados anímicos cambiantes son un mal que dura toda la vida”, explica el psiquiatra Humberto Mendoza.

Mendoza explica que el Trastorno Bipolar se presenta en tres tipos. “Si la persona tiene un estado de ánimo extremadamente elevado y de golpe se sumerge en depresión, hablamos de Trastorno Bipolar Tipo I. si luego de la depresión manifiesta un estado de hipomanía el cual está caracterizado por un ánimo hiperactivo y/o irritable, es posible que se le diagnostique Trastorno Afectivo Bipolar II; por ultimo si expresa manía, un estado mental que se caracteriza por una euforia exagerada, la presencia obsesiva de una idea fija y un estado anormal de agitación y delirio, estamos en presencia de un Trastorno Bipolar de Ciclo Rápido y que debe tratarse lo más rápido posible”, indico el especialista.

Entre tanto, la psiquiatra María Auxiliadora Navas, especialista en conducta humana, señala que el Trastorno Bipolar se debe a los cambios en el sistema nervioso y/o sustancias químicas del cerebro. Sostiene además que este suele manifestarse luego de que la persona atraviese una situación estresante.

“Cuando usted presente estados anímicos que cambian de un momento a otro es recomendable que visite a un especialista. El diagnostico generalmente lo manifiesta la propia persona cuando por si misma se da cuenta de esos cambios bruscos”, dice la doctora Navas.

El tratamiento para esta patología se basa en antipsicóticos, estabilizadores del estado de ánimo, antidepresivos, terapias grupales y acompañamiento familiar.

Rosibel Cristina González