Cuando una persona no sabe defender bien su punto de vista o mantenerse firmes ante las presiones de los otros, hay muchas probabilidades de que acabe cediendo y dejando que los demás hagan lo que deseen.
Los motivos pueden ser muchos, pero puede tratarse de un miedo a la confrontación, una falta de confianza y de autoestima o un miedo a caer mal o ser rechazado por llevar la contraria.
Si quieres imponer tu punto de vista y confías en que tu propuesta está bien sustentada, trata de llegar a un acuerdo, ya que así se tendrá en cuenta tanto tu opinión como la de la otra parte.
Es importante que sepas defender tus ideas, exponerlas con claridad y mantenerte firme, al menos en los aspectos que son más importantes para ti, ya que la clave de presentar una idea es tener puntos “infranqueables” y puntos “negociables”… esa es la fórmula que nunca falla.
Por supuesto saber negociar y defender tus derechos es fundamental para que el respeto mutuo se de en cualquier “negociación”, ya sea de trabajo o de familia. Llegar a acuerdos es beneficioso para todos… ¡No lo olvides!
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