Existen cuatro principales claves para preparar un buen café. La frescura y la variedad o tipo del grano, la proporción y la temperatura del agua.
Según los baristas (expertos en café), la selección de un buen tipo de grano es la clave principal para emprender la elaboración de esta “bebida de dioses”, tradicionalmente caliente, donde la determinación del origen de este grano también dirá su frescura. La proporción es importante al momento de la preparación, ya que más allá de las variantes que conocemos: guayoyo, tinto, fuerte, expreso… la cantidad de café para el colado debe ser la adecuada, para que el aroma no se pierda con un exceso de producto o la falta de él, esto último es peor aún porque ni siquiera se podrán cubrir las expectativas, el aroma será superior al gusto en el paladar.
Por último, un detalle importante, la temperatura del agua, en este caso al igual que con el agua del té, para el café también hay que evitar que el agua hierva, la temperatura ideal es entre 96° y 98° C… y a disfrutar de una aromática taza de café.
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