Chile, 06 de Marzo de 2020
Por Patricia Pineda
"Definitivamente esto es una violación a la intimidad y
al derecho de la mujer", concluye Paz
(nombre ficticio) luego de atravesar un verdadero calvario para poder
divorciarse de su antigua pareja y contraer nupcias con la actual.
Hace cuatro años la joven madre
abandonó su hogar por fuerzas mayores: Paz era víctima de violencia
intrafamiliar. "Nunca denuncié porque no sabía que podía hacerlo,
no sabía que podían protegernos acá", dice.
Para ese entonces, y luego de su
huída, pensó que lo peor había pasado; sin embargo la legislación
chilena le dio una bofetada cuando decidió separarse definitivamente
de su pareja y rehacer, desde todo punto de vista, su vida.
"Introduje un cese de convivencia unilateral. El proceso tardó tres
años, porque es el tiempo que tarda en Chile para separarse
unilateralmente", comenta Paz, quien conoció a su nueva pareja en ese
periodo de espera. "Nos comprometimos y, finalmente, decidimos casarnos,
pero ha sido más difícil de lo que esperábamos (...)".
Las segundas nupcias
En diciembre del pasado 2019, y
tras recibir respuesta del cese de convivencia unilateral,
Paz logró introducir la demanda de divorcio, cuya audiencia tardó dos meses en
salir. "Después de la separación tuve que esperar un mes a que se
actualizara en el Registro Civil y una vez actualizado, comenzó Cristo a
padecer…", narra.
Fue en 1989 cuando se derogó la
norma del Código Civil que establecía que las
mujeres casadas eran relativamente incapaces, es decir, debían ser
representadas por el marido, al igual que los menores de 21 años y que los
disipadores.
Muchas mujeres pensaron que aquella
revocación se había convertido en una de la tantas batallas ganadas a un
sistema netamente machista, pero no fue así. Y es que aún con dicha reforma, la
mujer que actualmente esté casada o que desee divorciarse se mantiene
disminuida en nuestro país. Basta leer el artículo 128 del actual Código Civil; el
mismo que hizo que Paz iniciara una carrera de obstáculos para contraer
matrimonio con su prometido.
"En Chile hay una ley súper,
súper machista que dice que una vez dictado el divorcio, la mujer debe
esperar 9 meses para poder contraer nuevas nupcias
porque se presume que esa mujer pudiera estar embarazada. Y en el caso que esté
embarazada, lo hacen para resguardar a los dos hombres", comenta Paz, con
la indignación propia de cualquier mujer que desea construir una nueva vida y
se le hace cuesta arriba, porque para el sistema pareciera que la población
femenina es su peor enemigo.
Palabras más, palabras menos: Paz,
o cualquier mujer que esté pasando un proceso similar, debe esperar 270 días
después de su divorcio para volver a casarse, esto para garantizar que no esté
embarazada, a fin de proteger a ambos hombres y eliminar dudas sobre la
paternidad. Sin embargo, para el hombre es distinto, si quisiera rehacer su
vida, puede unirse en matrimonio, casi inmediatamente después de separado.
A tribunales
Paz quería evitar todo ese proceso,
porque tenía fecha de matrimonio para el primer trimestre de 2020.
"Si no quieres pasar por esta
situación, obviamente tienes que pagar. Buscar a un abogado para que introduzca
una especie de demanda a los tribunales y éstos te permitan casar antes de
estos 9 meses", explica la joven, tras detallar: "Pero, para lograr
esto, este tribunal te solicita una muestra de que no estás embarazada, un examen
médico de sangre donde se declare que no estás embarazada y
además, tienes que hacer un declaración jurada ante el notario que diga que no
lo estás".
Con las pruebas en la mano, el
abogado interpone el recurso al tribunal que, con antecedentes en manos, te
permite contraer nupcias de nuevo. El resto, es esperar. No es un proceso
rápido. Estamos a 4 de marzo y Paz no ha obtenido respuesta: "nos
dimos cuenta que no lo vamos a lograr, así que haremos una ceremonia
simbólica por ahora, porque no podemos hacer nada por el civil".
Proyecto estancado
En marzo de pasado 2017, el
diputado Matías Walker (DC) junto a su entonces colega Nicolás Monckeberg
(UDI), presentó un proyecto con el objetivo de eliminar este
apartado que le impide a las mujeres contraer sus segundas nupcias
dentro de los 270 posteriores a su divorcio.
Es así como el proyecto, pretendía
derogar los artículos 128 y 129 del Código Civil.
Pretendía porque hasta la fecha no se ha vuelto a discutir y se ha quedado
estancado.”
Tomado de:
MEGANOTICIAS .cl
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