¿A DÓNDE
NOS LLEVARÁ EL NUEVO TELESCOPIO ESPACIAL JWST?
Chile, 23 diciembre, 2021
“La atmósfera es un elemento
fundamental para la existencia de vida en la Tierra”.
“Por un lado, dispersa
completamente los fotones más energéticos provenientes del Sol y de otras
fuentes cósmicas (desde el ultravioleta hasta los rayos gamma), cuyo efecto sería
devastador para la habitabilidad del planeta. Por otro lado, actúa como un
invernadero, impidiendo que escape parte de la radiación que es reflejada por
la superficie terrestre, elevando así la temperatura del planeta hasta un nivel
habitable. La función protectora de la atmósfera tiene, sin embargo, una
contrapartida negativa para astrónomos y astrofísicos. Como si de un filtro se
tratara, la atmósfera reduce y limita la resolución de las observaciones que
podemos realizar desde la Tierra en todos los rangos del espectro
electromagnético.
Pese a que existen
técnicas para paliar el efecto de la atmósfera, la mejor manera de aumentar
nuestra capacidad de observación es… salir de ella. En 1990, la NASA ponía en
órbita el primer telescopio ultravioleta/óptico/infrarrojo espacial, el Hubble
Space Telescope (HST), un reflector con espejo primario de 2.4 m de diámetro
que revolucionaría la astrofísica y nuestra visión del universo.
Además de proporcionar
algunas de las imágenes más bellas del cosmos, el HST, con su gran diámetro y
una resolución solo limitada por su óptica, ha propiciado descubrimientos
asombrosos en campos como la evolución de galaxias, las lentes gravitacionales,
la cosmología o el estudio de los agujeros negros, entre otros. Ha dejado también
una de las imágenes astronómicas más icónicas de la historia: el Campo
Ultra-Profundo del Hubble, una “fotografía” que muestra más de 10 mil galaxias
a diferentes distancias. ¡Algunas de estas galaxias están tan lejos que habría
que recorrer un 70% del tamaño total del universo para llegar hasta ellas!
Tras más de 30 años de
servicio, el HST será “reemplazado” en las próximas semanas por el James Webb
Space Telescope (JWST), que, si no hay imprevistos, será lanzado desde la
Guayana Francesa este 24 de diciembre. El JWST tiene un espejo primario
segmentado de 6.5 metros de diámetro (¡más del doble que el del HST!) y una
asombrosa temperatura de operación de unos -225 °C. Se ha estimado que el nuevo
telescopio espacial tendrá una potencia de observación 100 veces mayor que su
predecesor. Como ocurriera hace tres décadas con el HST, los secretos que
podrán ser revelados gracias a este avance tecnológico se antojan casi
ilimitados.
El mayor tamaño y
resolución de un telescopio nos permiten, esencialmente, observar más lejos
(más profundo) y con mayor nitidez el universo. La palabra observar adquiere en astrofísica un
significado amplio. Significa medir la luz, transmisora de información que nos
permite determinar las propiedades fundamentales de los objetos celestes. Como
esta información, debido al carácter finito de la velocidad de la luz, demora
un tiempo en llegar hasta nosotros, observar más lejos significa mirar atrás en
el tiempo. La potencia y resolución del JWST nos permitirán, por primera vez,
medir la luz emitida por las primeras galaxias, unos cientos de millones de
años después del Big Bang (es decir, ¡unos 13.500 millones de años atrás!). El
JWST, sucesor del exitoso HST, nos hará espectadores de excepción en uno de los
procesos más importantes de la historia del universo: el nacimiento de las
primeras galaxias.
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