PRIMERA IDENTIDAD NO BINARIA
RECONOCIDA LEGALMENTE EN CHILE Y LA LUCHA POR LOS DERECHOS DE LA DISIDENCIA Y
DIVERSIDAD
Chile, 12 de mayo 2022
Por Ro Bravo / LA IZQUIERDA DIARIO
“De forma histórica, el 3er Juzgado de Familia
ordenó al Registro Civil a inscribir a adolescente que lo requirió con género
No Binario. Esto abre la puerta a expectativas y cuestionamientos con respecto
a la garantía de derechos para las personas trans y todes les LGBTIQA+.”
“De forma histórica en
Chile, el 3er Juzgado de Familia dictaminó que se ordena al Registro Civil a
inscribir a adolescente que lo requirió con género No Binario. Esto, en
conformidad con la Ley de Identidad de
Género y la declaración universal de DDHH. El documento de
sentencia fue dictado el pasado 25 de abril, luego que dos meses antes le joven
solicitara al Tribunal el cambio de género registral y nombre asignados al
nacer. Todo con el respaldo de sus padres.
Frente a este hecho histórico,
muchas personas que somos No Binaries (NB) vemos
una pequeña luz, una esperanza de poder ser reconocides legalmente según
nuestra identidad, por fuera del binarismo hegemónico hombre-mujer, abriendo
una puerta entre líneas de la Ley de Identidad de Género que de forma explícita
no considera a les NB.
La Ley de identidad de
género en Chile dice que “Reconoce y da
protección al derecho a la identidad de género”, definiendo la identidad de
género como “la convicción personal e
interna de ser hombre o mujer, tal como la persona se percibe a sí misma, la
cual puede corresponder o no con el sexo y nombre verificados en el acta de
inscripción del nacimiento. Esto podrá o no involucrar la modificación de la
apariencia o de la función corporal a través de tratamientos médicos,
quirúrgicos u otros análogos, siempre que sean libremente escogidos”.
Sin embargo, al mismo tiempo
que este fallo judicial genera expectativas, abre varias interrogantes con
respecto a nuestra calidad de vida, pues el reconocimiento no basta. Y no sólo
con respecto a las personas NB, sino también para todes les trasngénero y diversidad sexogenérica. Vivir en una
sociedad heteronormada entrega obstáculos para todes quienes no responden a
aquello. Si consideramos además el sistema de opresión y explotación que nos
enmarca, estar por fuera de la heternormatividad te convierte en una persona
aún más vulnerable, sujeto de mayor precarización y marginación.
Existe discriminación
estructural para les LGTBIQA+ que no es sólo relacional, sino que también se
expresa en conseguir trabajo formal, en el acceso a salud que atienda nuestras
necesidades específicas, en la posibilidad de educarse en entornos seguros que
no te invisibilicen o marginen e incluso en vivir violencia física y sicológica
en las calles o dentro del hogar.
Diversidad y disidente
frente al trabajo formal: el desafío de la estabilidad laboral
Según
la encuesta "Chile No Sabe: Primer
Estudio sobre Diversidad Sexual y Trabajo Dependiente", realizado por
la fundación Iguales y Gestión Social en colaboración con la organización OTD
(Organizando Trans Diversidades), el 40% de sus encuestades señala que fue
posible encontrar trabajo a través de un/a conocido/a heterosexual, mientras
que un 20% lo hizo a través de bolsas de empleo. Así mismo, en relación a la
dificultad para encontrar empleo, un 50,4% de les encuestades señaló que les
resultaba “difícil” y “muy difícil” encontrar trabajo en Chile. Esta cifra
ascendió a 65,8% en el caso de los grupos trans, 54,1% en los bisexuales, 49,6%
para los gays y 47,1% en el caso de las lesbianas.
Acceso a salud de la
diversidad y disidencia, otro obstáculo más que sortear
En
cuanto al acceso a salud acorde a las necesidades LGBTIQA+, en Chile no existe
ningún plan o programa formal. Específicamente para les trans y NB, el año 2010
el Minsal publicó "Vía Clínica para
la adecuación corporal en personas con incongruencia entre sexo físico e
identidad de género" que es una guía para profesionales de la
salud donde se presentan las intervenciones pertinentes, sus objetivos,
secuencia, criterios de elegibilidad y disposición para su prescripción y
algunas especificaciones técnicas, pero no termina de configurar un plan de
salud como tal.
Según el informe "Situación de las personas trans en
Chile" publicado por la OTD en 2018, la vía clínica "desprende la visión médica y patologizante
que se tiene de las personas trans", ya que la exigencia de
certificados psicológicos y siquiátricos para acceder a la prestación de salud
puede construir discriminación arbitraria, pues todo finalmente dependería del
criterio del médico tratante, quien no necesariamente aplicará perspectiva de
género. Existen también las circulares 34 y 21 del Ministerio de Salud, que
tienen por objetivo educar al personal de salud en uso del nombre social, pero
como simples recomendaciones que no implican obligatoriedad.
Además, considerando que la
salud pública está en ruinas gracias a la dictadura de Pinochet, quién la
desmanteló y debilitó para favorecer a privados, no todos los hospitales y
centros asistenciales tienen las condiciones para atender a las personas trans
o acompañarles en su transición. Ni si quiera está garantizada la atención en
toda las regiones del país. Dentro de la misma lógica, en 2017, la OTD realizó
la "Encuesta T", donde
expresan que los centros de salud no necesariamente son un lugar seguro para
las personas trans: el 96% de las personas encuestadas afirmó que han
cuestionado su identidad en hospitales y centros asistenciales, un 27% afirmó
haber sido ignorado por el personal de salud, un 25% recibió burlas y a un 17%
le han negado la atención.
Dentro de la misma línea, la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología publicó
en 2021 "Percepción de la atención
de salud de personas transgénero en profesionales médicos y médicas del norte
de Chile", donde señalan que el 77% de los médicos consultados no
conocía las circulares 21 y 34 sobre el trato a las personas trans en centros
de salud pública.
Escuelas y casas de
estudio: ¿Lugares seguros e inclusivos para la diversidad y disidencia
sexogenérica?
En
Chile, en octubre del 2020, fue presentado un proyecto de Educación Sexual
Integral (ESI), que buscaba enseñar desde la primera infancia temáticas de
afectividad, diversidad, prevención del abuso sexual, prevención de infecciones
de transmisión sexual its, entre otros. Sin embargo, el proyecto no alcanzó
quorum necesario y fue archivado, hasta el día de hoy. Una de las promesas de
campaña de Gabriel Boric fue, precisamente, la implementación de la ESI “como pilar de una educación igualitaria que
reconozca la diversidad sexual, cuestione los estereotipos de género, y enseñe
los derechos sexuales y reproductivos de las personas”, según sus propias
declaraciones, pero que no tiene ninguna propuesta concreta más allá de las
buenas intenciones. Hasta ahora ha hecho algunos actos de reconocimiento a les
LGBTIQA+ pero ninguna implementación, al mismo tiempo que las prioridades del
gobierno están en destinar miles de millones de pesos a Carabineros y la
represión, especialmente en el Wallmapu.”
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