ANDRÉS BELLO SIGUE SIENDO UNA FIGURA FAMILIAR Y A LA VEZ DESCONOCIDA
Chile, 13 de enero 2022
Por redacción diario La Tercera
“La figura de Bello es quizás la más importante de toda Hispanoamérica. Sus contribuciones van desde la creación del Código Civil y la gramática de la lengua castellana hasta la escritura de “La oración por todos”, considerado como el mejor poema del mundo hispanohablante.”
“En la cuarta edición de “Andrés Bello: la pasión por el orden”, el premio nacional de historia 2020, Iván Jaksic, no sólo incorpora nuevos datos biográficos, sino que integra todos los elementos necesarios para comprender a Bello bajo los códigos de la historiografía moderna. Incluso suma otras aristas: cómo la vida personal del venezolano influyó en su obra.
Aunque muchas veces no nos percatemos de ello,
nuestra vida cotidiana está llena de elementos relacionados a Andrés Bello. La creación del Código Civil y la gramática de la lengua castellana son
algunas de las herencias que nuestro país le debe al prócer venezolano, quien,
gracias a su trabajo multidisciplinario, se alzó como el mayor humanista de la
historia de Hispanoamérica.
El aporte de Bello es tan extenso y recae en tantos
ámbitos del conocimiento que la Real
Academia Española (RAE) reconoce el término “bellista”
para referirse al “estudioso de la obra de Andrés Bello y de las cosas que le
pertenecen”.
Los aportes de su figura son tales que el desafío de
indagar en los ámbitos de su vida parece ser un trabajo al que siempre le queda
algo nuevo por descubrir e interpretar. Sus obras completas conforman nada
menos que 27 extensos tomos que se encuentran repartidos por distintas bibliotecas
y centros de conservación del mundo.
Vida de don Andrés Bello (1882)
de Miguel Luis Amunátegui, y Andrés Bello (1935) de Rafael Caldera son algunos de los
libros clásicos que buscan retratar los aspectos más relevantes de la historia
del humanista. Sin embargo, el premio nacional de historia, académico y
director del programa de la Universidad
de Stanford (California) en Chile y Director
de la Cátedra Andrés Bello de la Universidad Adolfo Ibáñez, Iván Jaksic, está convencido de que aún
queda mucho por contar.
Su libro Andrés
Bello: La pasión por el orden fue publicado por primera vez en 2001,
en parte, como resultado del trabajo realizado por el historiador para la
editorial Oxford University Press, en el marco de una robusta compilación
de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XIX en inglés, donde
estuvo a cargo de la obra de Bello.
El minucioso trabajo biográfico de Jaksic es considerado como uno de los libros más completos e importantes sobre la historia del humanista venezolano. Tanto así, que sólo La pasión por el orden cuenta con tres reediciones. Y, tal como ha anunciado la Editorial Universitaria, están prontos a lanzar una cuarta edición que incluirá material reciente e inédito que ayudará a entregar una visión actual sobre la vida y obra del primer rector de la Universidad de Chile, además de hacerse cargo de un nuevo desafío: mirar la historia, vida y obra de Bello bajo la lupa de la historiografía moderna, y, con ello, descifrar la personalidad detrás del intelectual americano. Según señalan desde la editorial, su lanzamiento se proyecta para marzo de este año.
Las claves para
entender a una figura multifacética
En el prefacio de
la cuarta edición, Jaksic expresa una situación recurrente en la percepción de
la gente sobre la figura del venezolano. Como resultado de la complejidad
propia de sus escritos y la dificultad que ha presentado la literatura
especializada para mostrar sus trabajos como una unidad, “Bello sigue
siendo una figura familiar y a la vez desconocida, una presencia que se
reconoce pero que no se puede explicar”.
Ante dicha situación, surge la pregunta sobre cómo abordar y comprender a un personaje tan multifacético, que trabajó con la misma minuciosidad temáticas tan variadas como el derecho civil y la poesía.
Para el premio
nacional, la primera clave está en iniciarse con escritos que hagan
sentido con nuestra sociedad actual. “Son múltiples entradas, pero cuando
uno lee algo que tiene resonancia contemporánea, entiende mucho más. Y se ve
cuál era su espíritu”. Y para ello, el bellista recomienda iniciarse con la
revisión de sus textos sobre el imperio de la ley y el estado de derecho.
En Repertorio
americano, Jaksic recopila los que considera ensayos claves para comprender
la unidad de la obra de Bello. Allí, los divide en tres áreas: escritos sobre
la lengua y literatura; sobre educación e historia; y los relacionados al
derecho, la política y las relaciones internacionales.
“Lo que es más importante para nosotros ahora, en
este momento y aunque lo ha sido anteriormente, es todo lo que él escribió en
torno a la observancia de la ley, las reformas a la administración de justicia,
la transparencia… Realmente recomiendo mucho, para los que están interesándose
en Bello, ir a esos ensayos. Partir por ahí”, puntualiza el bellista.
Sin embargo, su viaje por la vida y obra del
humanista no estuvo exenta de dificultades. Una de las etapas más borrosas en
su historia es lo relativo a su período en Londres, ciudad en la que vivió su
expatriación. Tanto así, que Rafael
Caldera, ex presidente venezolano, se refería a este capítulo de su vida
como “la incomprensible escala de Bello en Londres”.
Así las cosas, Jaksic se vio emplazado a emprender un
viaje por el archivo disponible en distintas partes del mundo. “Me tocó viajar
mucho y hurgar en todas partes, diferentes lugares, diferentes archivos. Eso
requiere mucho tiempo”. Y, justamente, la
investigación emprendida por el historiador le tomó nada menos que 10 años.
“Hay que encontrar el tiempo, pero también formular
las preguntas. Creo que esa fue la parte más difícil”, confiesa. A la
dificultad de encontrar ciertos archivos y la recopilación de todo el material
disponible, se sumó el desafío propio de los escritos especializados de Bello,
cuya creación estaba dirigida a especialistas, por ejemplo, en gramática, y no
necesariamente al público común.
Aun así, Jaksic afirma que todo el camino recorrido
durante estos años le genera una genuina satisfacción. “Al final de cuentas fue
realmente un placer, porque cada paso significaba entender un poco mejor la
figura de Andrés Bello y no solamente como el especialista en derecho
internacional ni como dramático, sino que todas las dimensiones, cuya sumatoria
hacían de él un personaje extraordinario”, sentencia.
Andrés, la persona detrás del prócer
Una crítica presente en la nueva edición de Andrés Bello, pasión por el orden apunta
a al poco protagonismo que otras biografías han entregado a la vida personal de
Bello, especialmente su influencia en el desarrollo de su obra. Para Jaksic,
son dos cosas inseparables.
“La dimensión del exilio significa la experiencia
humana, individual, de la ruptura. Cuando uno crece en medio de sabores, de
ciertos aromas y rodeado de familia, y de pronto, pierdes a tu patria. Esto es
lo que le pasó a Bello, que había tenido una vida relativamente exitosa hasta
que vino la debacle y su patria, Venezuela, se hizo pedazos”, señala el
escritor, refiriéndose al período de inestabilidad política que vivió el país
sudamericano durante el siglo XIX, marcado por la agitación, la autocracia y
los caudillos.
Continúa Jaksic: “Esa es una experiencia que yo llamo
la ruptura. Y eso hace que, por una parte, él quiera entender por qué se
producen las rupturas, y, por otra, cómo se recupera el orden, la estabilidad”,
explicando así una buena parte de las temáticas de interés de Bello.
Otro hito de su vida que no ha sido estudiado con la
suficiente profundidad es la muerte de
su segunda esposa, además del fallecimiento de nueve de sus quince hijos, que,
para el premio nacional, se limitaban a menciones más bien anecdóticas.
“Conoció la desesperación. Eso se transmite muy claramente en su poesía. Es
decir, que logró transformar la desesperación en algo creativo. Ante el impacto
que tuvieron estas terribles perdidas y las cosas que se decían de él para
atacarlo políticamente, él respondía que ‘tenemos que canalizar las emociones’
y transformarlas no en algo negativo, sino que creativo y positivo”.
Justamente, una de las
fuentes de las que se valió Jaksic para entrar en la vida íntima de Bello fue
su poesía, además de la revisión minuciosa de su epistolario. En el poema La oración por todos, Bello dedica varios de sus versos a su fallecida
esposa. “Ruega después por mí, más que tu madre/ lo necesito yo... Sencilla,
buena, / modesta como tú, sufre la pena, / y devora en silencio su dolor”,
señala en uno de sus fragmentos.
A la poesía y el epistolario se suman otros elementos
que contribuyeron a la noción que Jaksic entrega sobre la personalidad del
venezolano. Uno de ellos, es la gran cantidad de testimonios de personas que
conocieron a Andrés Bello y que aportan muchas luces a la reconstrucción de su
persona.
El historiador menciona el apodo con que Joaquín Edwards Bello, descendiente de
Bello, se refería al humanista: “el bisabuelo
de piedra”. Y justamente, la metáfora contribuye a la idea que muchas
generaciones se formaron sobre el autor del código civil. “Crecimos pensando
que estos seres eran para el mármol, que eran verdaderos héroes en un sentido
casi inmaculado, que no tenían vida personal”, reflexiona.
Para obtener más características sobre su
personalidad, Jaksic llevó un facsímil de manuscritos de Bello a un grafólogo
que trabajaba en los tribunales. “Muchas veces la letra, y sobre todo si hay
más evidencias, indica mucho de la personalidad”.
Aquel análisis confirmó varias cosas que él ya
intuía. “Era una persona muy tímida, muy modesta. Y que realmente tenía esa
sensación del expatriado. Todas esas cosas, mucho dolor, la modestia, pero
también una ética de trabajo, podemos verlas reflejadas en su letra y en sus
escritos”.
Una memoria del historiador Diego
Barros Arana reafirma los resultados del peritaje grafológico. En
1843, Barros Arana era estudiante del Instituto
Nacional, el mismo año en que Bello dio su discurso
de inauguración de la Universidad de Chile, casa de estudios de la que fue
rector hasta su muerte.
“El describe que llegó un anciano con su chaqueta
verde, su pantalón blanco y las insignias de lo que sería la alta autoridad
pública. Y dice que, en una voz pausada y suave, pronunció un discurso que
generaba mucho silencio, mucho respeto”.
Bello, un intelectual alejado del poder
La relación entre Bello y Simón
Bolívar suele despertar la curiosidad de los lectores. Aunque llevaron
una amistad por bastante tiempo, las condiciones de la historia terminaron
quebrando el vínculo entre ambos. Aunque se llevaban por tan solo dos años de
diferencia, Bello fue profesor de Bolívar e incluso, este último se refería a
su maestro como a persona que le enseñó letras y geografías.
“La relación se quebró porque, cuando Bolívar estaba
en la cima de su poder, los problemas de Bello no tenían la dimensión que
tenían para Bello como persona. Estaba sin
sueldo, tenía cinco hijos y no le pagaban. Le escribió varias veces a Bolívar,
que no le respondía. También hay que entender a Bolívar. Lo habían
tratado de asesinar. Pero la relación entre ambos devela algo que le han
criticado mucho a Bello”, señala Jaksic.
Y eso era, justamente, su recelo al poder. Al
contrario de lo que se podría creer, Bello no era un personaje que aspirara a
concentrarlo en grandes cuotas. Este le hacía “retraerse más. Y hay varios
antecedentes al respecto, porque cuando él llegó a Chile en 1829, el que estaba
al mando realmente era Diego Portales”, indica el premio nacional.
Jaksic define la relación de Bello con el poder como
una reacción de temor y obediencia, que se comprende al observar su cercanía a
reinados como el de Carlos IV. “Nunca quiso figurar, siempre se sintió
extranjero. Para él, era algo majestuoso, intocable, no se le pasaba por la
cabeza cuestionarlo”.
Y es precisamente el desencuentro con Bolívar lo que
revela la faceta tímida y de recogimiento propia de Bello.
Historiografía moderna: una puerta a
nuevas posibilidades
Todas las historias anteriormente mencionadas se
encuentran profundizadas, y en algunos casos actualizadas, en la nueva edición
de Andrés Bello: la pasión por el
orden. Sin embargo, una de las grandes novedades que trae consigo esta
cuarta edición es la incorporación que el académico hace de las técnicas de la historiografía moderna. Pero,
¿cuáles son dichas herramientas?
Iván Jaksic lo explica así: “Es tomando en serio todo
tipo de evidencia. Porque antes, la historiografía seguía un modelo legal. Es
decir, los documentos escritos, la ley… Todo el modelo jurídico. Lo que ha
ocurrido, sobre todo desde la época de la tercera edición –publicada en 2010-,
es que han surgido una serie de trabajos que se atreven a usar fuentes no
tradicionales”.
Dichas fuentes son los poemas, nuevas posibilidades
sobre cómo se deben leer las cartas, e incluso dibujos y pinturas. “Es una
perspectiva que ha surgido recién. Y eso nos obliga, sobre todo a quienes
tratamos de hacer biografía e historia, a utilizar las fuentes. No tener miedo
a decir ‘no, es que es un cuadro, un dibujo, un poema’…”, explica el académico.
Un buen ejemplo de esto es el análisis que incorpora
sobre el cuadro en que el pintor Raymond
Monvoisin retrata a Andrés Bello. “Tiene esa mirada triste que revela
a alguien retraído. Y así es como funcionamos los historiadores. Tratamos de
juntar mucha evidencia, y eso es lo más contemporáneo que hay”.
Al mismo tiempo, esta reedición le permitió
incorporar varios trabajos bellistas, que ha tenido un fructuoso desarrollo en
estos últimos diez años gracias a los instrumentos modernos con los que hoy
cuenta la historiografía. Y las extensas notas al pie que acompañan a las casi
400 páginas del libro dan testimonio de
aquello.
Sin embargo, es enfático en señalar que aún queda
mucho por descubrir. Una de esas cosas es la correspondencia que su esposa, Isabel Dunn, le enviaba durante su largo matrimonio.
Los registros son casi inexistentes, y para Jaksic, resulta inverosímil pensar
que no hubo intercambio de cartas por parte de ella: “Era una persona muy
letra. Creo que esa es una dimensión que aún falta por conocer”.
Lo último que Iván Jaksic alcanzó a incorporar fue Andrés Bello, libertad, imperio y estilo,
publicado en 2019 por Joaquín Trujillo.
Con toda esta artillería, el reconocido historiador configuró un texto que, sin
lugar a dudas, se posicionará como un esencial para comprender la vida y obra
de Bello con las claves de nuestra época contemporánea.”
Tomado
de diario La tercera, Chile.
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